viernes, 28 de noviembre de 2008


LLAMÉ AL CIELO Y NO ME OYÓ,
Y PUES SUS PUERTAS ME CIERRA,
DE MIS PASOS EN LA TIERRA
RESPONDA EL CIELO, Y NO YO.
(JOSÉ ZORRILLA: DON JUAN TENORIO)

Tal vez sea el momento de echar la vista atrás (sin ira) y recordar lo que han sido estos siete años dedicados al teatro con el grupo de Cómicos Azuer. Con anterioridad, ya había colaborado adaptando dos obras: Y decirte una estupidez... por ejemplo, te quiero, de Martín Casariego, y Fuente Ovejuna, de Lope de Vega.
Pero allá por el año 2003 Jesús Villegas y el que suscribe tuvimos la oportunidad de encargarnos de la dirección del grupo. La elección de la obra fue sencilla, pues la adaptación de Don Juan Tenorio, de José Zorrilla, ya había sido realizada por ambos un año antes. Así que la revisamos con la ayuda de otro co-adaptador, Carlos Sainz, y decidimos crear el espectáculo.

Por aquel entonces, la compañía la conformaron veinte actores y actrices de postín: Sergio Romero (Don Juan Tenorio); Carlos Maeso (Don Luis Mejía); Jesús Crespo (Don Gonzalo); Juan Antonio Rivera (Don Diego); Esther Gutiérrez (Doña Inés); Consoli León (Brígida y Fantasma 1); Roberto Palomino (Ciutti); Marta Peña (Isabel de Pantoja, Madre Abadesa y Fantasma 2); Dumitru Retegan (Butarrelli); P.J. Fernández-Morago (Avellaneda); Gabriel Mateos-Aparicio (Centellas); Ángela Casado (Sor Severa); Marta Sánchez-Migallón (Sor Angustias y Fantasma 3); Araceli Colmenero (Lucía y Fantasma 4); Nuria Santiago (Pacuala); Ángela del Álamo (Doña Eduvigis); Azahara Nieva (Laura); Rosalía Valle (Doña Socorro); Satur Vázquez (Madre Tornera); y Adrián Fernández (Escultor y Fantasma 5).

Quien compare la obra original con este reparto, comprobará que hay más personajes de los que ingenió el dramaturgo romántico. Y es que siempre nos hemos atrevido con todo, incluso a ser pocos respetuosos con las obras originales. Pero seguro que los Inmortales del Drama sabrán perdonarnos.

¿Anécdotas que recuerdo con especial cariño?

En primer lugar, los dos números musicales que incluimos, con letra también adaptada para la situación: Y yo sigo aquí, de Paulina Rubio; y Thriller, de Michael Jackson. ¡Cuántas carcajadas y grititos guturales, sobre todo en los ensayos del segundo número musical!

Y el pisotón en la cabeza que la pobre Nuria-Pascuala recibió en un momento de la obra, cuando simulaba estar desmayada en el suelo.

El baile con maracas que se marcó Roberto-Ciutti ante la mirada libidinosa de Consoli-Brígida. ¡Para la posteridad ese acto de seducción, con el criado arrastrado por el escenario!

El primero de los cameos de los directores, durante el acto I y bajo máscaras, aprovechando que la acción tenía lugar en el carnaval de Sevilla.

La desaparición del actor-protagonista cuando faltaban tres meses para el estreno. Aún lo andamos buscando. ¡Menos mal que apareció Sergio! Estaba escrito que él debía ser Don Juan Tenorio.

Una gran actriz para encarnar a Doña Inés, mi añorada Esther: ¡cuánta dulzura y picardía rezumaban sus miradas y gestos en la escena!

La escena del diván, en la que invertimos los papeles: Don Juan como pasivo seducido y Doña Inés como activa seductora.

Tantos y tantos momentos...

Tantos y tantos recuerdos...

Posdata 1: Próximamente, valoración de la XXII Semana de Cine Español de Mazanares.
Posdata 2: Después, nostalgias de la segunda obra que representamos, El sueño de una noche de verano, de William Shakespeare.

Posdata 3: El 71% de los encuestados admitís que vuestra vida (nuestra vida) es una tragicomedia. Sólo un 29% reconoce que es una comedia. En fin, de nuevo gracias por participar. Y, sí, hay que procurar reír un poco más, aunque ya casi pienso que la vida está más cercana al esperpento valleinclanesco, lo que precisaría una risa trágica.

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