martes, 10 de abril de 2018

LAS HISTORIAS DE AMOR VERDADERO
NUNCA TIENEN UN FINAL.
(RICHARD BACH)

Hoy os ofrecemos, de la mano crítica de Cipriano Jiménez, su comentario y juicio acerca de la cacareada película La forma del agua, dirigida por Guillermo del Toro, uno de mis realizadores fetiche.

LA FORMA DEL BUEN CINE

Si navegamos por cualquier sitio web sobre cine, nos encontraremos con La forma del agua, filme dirigido por Guillermo del Toro que ha ARRASADO tanto en los Oscars como entre el público.

Antes de iniciar la crítica, querría anotar que, desde mi perspectiva, la cinta ha sido acogida de esta forma, en la famosa gala de premios, gracias a la nacionalidad del autor. Con esto no le quito mérito alguno a del Toro: sólo confieso mis pensamientos de que contiene una buena crítica hacia el gobierno actual de Donald Trump. 

Dicho esto, comencemos…

La película se ambienta en la Baltimore de la guerra fría. Y se localiza en un laboratorio gubernamental en el que se le realiza una serie de “pruebas” a un ser desconocido de apariencia antropomorfa, con un cuerpo cubierto por las escamas, aletas y branquias de un espécimen marino. Una encargada de limpieza piensa en un plan para acoger a la criatura antes de que sea asesinada por el gobierno de EEUU o de la Unión Soviética.

Se trata de un argumento muy interesante, y mucho más cuando lo contemplas en vivo a través de la narración visual tan intimista de Guillermo del Toro, la cual está presente en muchas de sus obras propias y en otras que sólo ha producido (El orfanato). Desde mi punto de vista, vende muy bien un recurso que mucha gente busca: el de lo “políticamente incorrecto” a la hora de plasmar el amor tal y como es. De hecho, se simboliza el amor interracial con el dato de que este ser es encontrado en un lago de Sudamérica.

Me parece un filme muy notable en cuanto a guion, aspectos técnicos e interpretación. Pero me sigo encontrando con el problema de la duración excesiva que también rodea esta obra, dejando unos fragmentos bajos de ritmo y de narración muy lenta, fragmentos que se convierten, para mí, en un estorbo para toda la composición del autor.

Mi puntuación: 7/10.

¡Hasta pronto!