domingo, 2 de noviembre de 2008


ESTAMOS TEJIDOS DE IDÉNTICA TELA QUE LOS SUEÑOS,
Y NUESTRA CORTA VIDA SE CIERRA CON UN SUEÑO.
(WILLIAM SHAKESPEARE)


De regreso a la rutina, después de cinco días por tierras de Andalucía.

¿Con qué me quedo?

Por supuesto, y en primer lugar, con la tarde que pasamos en la Alhambra. El día amaneció lluvioso, pero quiso el Fatum que por la tarde dejara de llover y tímidos rayos de sol, que hendían las nubes, nos acompañaran. El Generalife y los Palacios Nazaríes nos acogieron con toda su plenitud y me devolvieron recuerdos de antaño, además de una visión de Granada como pórtico (así lo espero) de mi futuro. Ahí queda la foto superior a modo de ejemplo: siempre fotografié la Alhambra desde el Mirador de San Nicolás, en el Albaicín; ahora capté el mencionado mirador desde una de las dependencias de la Alhambra.

Mereció también la pena visitar la comarca de los Vélez. Insuperable la Cueva de los Letreros para contemplar las pinturas rupestres del Indalo y del Brujo. Ni siquiera importaban el viento y la baja temperatura que nos acompañaban.

¿Y qué decir del Mediterráneo en la zona de Níjar? El solecito nos acarició durante toda la jornada. Las vistas del Cabo de Gata, alucinantes.

Y, de Almería, junto con mi paseo por la ciudad, me quedo con el conmovedor recorrido por el Refugio de la Guerra Civil, una andadura subterránea por ese lamentable episodio de nuestra historia. Tan terrible como hermoso.

En fin... Tantas sensaciones...

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