jueves, 29 de septiembre de 2011



SEÑOR IMPORTANTE: ¿NADIE MÁS HA PREGUNTADO POR MÍ?

CLAUDIO: NADIE.

SEÑOR IMPORTANTE: ¿NADIE?

CLAUDIO: NADIE.

(ANTONIO MACHADO)


Repitiendo costumbres ancestrales, hasta que no me organice mejor, tengo un poco olvidado este punto de encuentro.


Pero aquí me hallo de nuevo, manteniendo la línea de los poemas en prosa bendecidos por el malditismo. Y contrarrestándolos con otro de mis rincones donde perderme y que no me encuentren: la plaza Navona, en Roma.




Te intuyo detrás de formas vagas, ensoñadas...


¡Desdichados recuerdos de ininteligibles conjuros! Nombre que es palabra, palabra que no es nombre.


Hoy, aunque no he olvidado, aunque me ufane de mi inmunidad, me postro ante una nebulosa ignota; me ofrezco como sacrificio exangüe sobre un ara blanca y gélida.


Mientras el cuchillo de tu sonrisa (no adivino el contorno de tus labios) hiere mis entrañas en estas horas de soledad, imagino palabras de amor, discursos de servidumbre, promesas que devienen en pesadillas, pesadillas que devienen en absoluto abandono.




Por ahora, es suficiente. ¡Hasta pronto!

lunes, 19 de septiembre de 2011



EL HOMBRE POETIZA TODO LO LEJANO.

(PÍO BAROJA)



Se acabó lo que se daba... A acostumbrarse, una vez más, a la rutina diaria y a intentar no desfallecer en el intento. Por lo demás, progresando adecuadamente.



Dejo constancia de otro poema en prosa en la línea del malditismo de finales del siglo XIX. Y es que cuando un estilo me atrae, es imposible que no me deje arrastrar hasta el abismo. Y, para contrarrestar el efecto, una idílica imagen de la Plaza del Rossio en Lisboa, otro de mis rincones para perderme y no hallarme.



Sé del poder de las palabras, instrumentos arcanos que construyen universos, que transforman áridos vacíos en vergeles para los sedientos, que evocan mundos quiméricos y que aniquilan civilizaciones ante los asombrados ojos de los sacerdotes que se antojaban sus celadores.



Sé de ángeles y demonios que combaten fieramente por poseer la quintaesencia adivinada en el alma de las palabras; por, una vez alcanzado el triunfo, erigirse en tiranos de firmamentos y abismos, de espíritus y carne; por someter a los hombres que, en un tiempo pretérito, alcanzaron las revelaciones escondidas en la forma y en la sustancia de las palabras, hombres a los que envidian y de los que abominan.



¡Hasta pronto!

jueves, 8 de septiembre de 2011



QUE HABLEN DE UNO ES ESPANTOSO.

PERO HAY ALGO PEOR: QUE NO HABLEN.

(OSCAR WILDE)


Cuánto tiempo intentando actualizar y qué imposibilidad por escasez de momentos. Pero ya he vuelto, con ganas indudablemente, y aquí os dejo un soneto jocoso dedicado a todas aquellas y todos aquellos que, en alguna ocasión, han estado sometidas y sometidos al severo yugo de mi pasión por la poesía. Y, como de un soneto se trata, qué menos que ilustrarlo con una imagen del escenario que fue su cuna: Florencia.


Esta clase de elementos patosos,

que no desean escribir un soneto,

va a conocer cómo un suspenso meto

a todos los alumnos revoltosos.


Si hacen su tarea, meticulosos,

saldrán pronto victoriosos del reto

y no en la espesura del seto

perderán el norte estos alevosos.


Me río de su tremendo cabreo

y del dolor de sus caras contritas.

De su desesperación me choteo.


"¡Ay, Valero, cabrón, cuánto me irritas!

¡No puedo escribir nada, que me meo!

¿Por qué mi poco cerebro agitas?"


¡Hasta pronto!