sábado, 10 de abril de 2010


YO NO VIAJO PARA IR A ALGUNA PARTE, SINO POR IR.
POR EL HECHO DE VIAJAR.
LA CUESTIÓN ES MOVERSE.
(ROBERT LOUIS STEVENSON)
Las hecatómbicas circunstancias no me han permitido actualizar, hasta este preciso momento, con el objeto de deleitaros con las prometidas Chronicles pulianeras in London.

Una vez hallado el tiempo perdido, allá voy con el capítulo I, que tiene que ver con el primer día de viaje, desde nuestra partida de Pulianas hasta que dimos con nuestros huesos en el hotel de Londres.

Aviso que los personajes serán mencionados mediante la inicial de su nombre, de forma de asegurar su innecesario anonimato (de todas formas, ellos y ellas se reconocerán con facilidad).

Además, para esta primera entrega, adopto la estructura de relato-horario.

Que lo disfrutéis.

CAPÍTULO I
Día 24 de marzo de 2010
Granada-Pulianas-Málaga-Londres

6:10 horas: Nada más llegar al lugar donde nos recoge el autobús, mi compañera, la señora E., dice haber perdido su inseparable botellita de agua. Y ahí la contemplo, removiendo la gravilla del aparcamiento, mientras los alumnos llegan poco a poco.

6:30 horas: Puntualmente, partimos hacia el aeropuerto de Málaga. Todos los alumnos se sientan al final e inician la consabida jarana.

7:15 horas: Tienen lugar los primeros brotes de enfado entre los alumnos. El motivo: su particular sentido del humor, basado en el insulto y el golpetazo.

7:30 horas: Mi compañera, la señora E., se percata de que ha olvidado en casa la cámara de fotos.

Alrededor de las 9:30 horas y en adelante: Superada una tremenda retención de tráfico, llegamos al aeropuerto de Málaga. La facturación del equipaje, como siempre, se me antoja eterna. Para más inri, uno de los permisos de menores (el de míster F.A.), expedidos por la autoridad competente, no ofrece fecha de expedición, con lo cual se nos retiene más tiempo del necesario. Imaginaos cómo se soluciona finalmente el embolado. Para más inri (segunda parte), después de que se les ha advertido insistentemente sobre que vigilen sus billetes de avión, miss K. percibe que el billete de miss C. (la eterna despistada) se halla tirado en el polvoriento suelo. Pero esto es tan sólo el comienzo de las hazañas de miss C.

11:50 horas: Se inicia el vuelo a Londres. Ninguna incidencia.

13:15 horas (a partir de este momento, con horario londinense): Llegamos al aeropuerto de Gatwick. Nada más desembarcar y andar unos cuantos metros, míster I. comunica que se ha olvidado cierta documentación en el aparato volador. La señora E. y los místeres I. y D. el Ch. vuelven sobre sus pasos dejándonos sus mochilas al resto, que continuamos camino hacia el lugar donde recogeremos las maletas. En acto de servicio, la señora E. pierde su chaquetón. Desde el habitáculo de la recogida de equipaje, miss A.B. debe cargar con las mochilas de los dos místeres arriba mencionados para que, con los carnés que habían guardado en ellas, puedan superar el último puesto de control. Lo más divertido es verla ascender por la escalera mecánica que se mueve en dirección contraria.

Alrededor de las 15:15 horas: El trayecto entre el aeropuerto y Londres se me hace algo pesado, y eso que el chófer que nos lleva a los males (bautizado Edemesio para la ocasión -aunque él no se queda corto y denomina al chófer de las females "el Pink Floid"-) nos da conversación. Finalmente llegamos al hotel Elmwood, muy cerca de la estación de King's Cross-St. Pancras. Las habitaciones son expresión mínima de habitación. Además, compruebo que toda mi habitación está inclinada.
CONTINUARÁ

Posdata 1: La fotografías que ilustran este capítulo llevan por nombre, respectivamente, Childrens pulianeros reposando en Hyde Park y El árbol de la ciencia del bien y del mal.

Posdata 2: Qué decepción me ha deparado la nueva versión de Furia de titanes. Ni se merece que le dedique mayor comentario.

No hay comentarios: