jueves, 25 de junio de 2009


NUESTRAS HORAS SON MINUTOS
CUANDO ESPERAMOS SABER
Y SIGLOS CUANDO SABEMOS
LO QUE SE PUEDE APRENDER.
(ANTONIO MACHADO)

Ya estamos de vuelta.

He aquí un breve resumen de todo lo acontecido desde la última actualización. Dedico esta entrada de forma especial a mi gente del teatro y a mis amigos y compañeros del instituto (especialmente a Luisa, Manolo, Carlos, Pepa, Fernando, Anita Richard, Yuste, Noé, Alicia y Tomás).

Piso, muebles nuevos y mudanza conseguidos. A tiro de cerrar algunos detalles (como los contratos de luz y agua).

Excursión a Alicante.

Lo mejor: el buen rollo entre los asistentes; el ambientecillo festivo que se respiraba en toda la ciudad; los paseítos por la orilla de la playa; las conversaciones, tanto las trascendentales como las triviales; la posibilidad de disfrutar de una sencilla exposición de arte helenístico en el Museo Arqueológico: ¿quién nos iba a decir que una de las réplicas del Discóbolo nos esperaba allí?

Lo peor: el calor excesivo; la arena de la playa (¡no la soporto!); el despertar intempestivo con la colaboración de las comparsas tempraneras que nos deleitaban con sus pasacalles y petardos a eso de las 8:00 horas de la mañana; los cerca de 45 minutos que tuvimos que esperar para cenar en un restaurante mexicano (a pesar de la reserva).

Anécdotas para la posteridad: la habitación doble bautizada en un alarde verbal como suite Cosmathan, al ser habitada por Cosmin y Jonathan; la frase de Johnny: ¿Y si cojomos un bus?; la vuelta en tranvía desde la playa de San Juan a Alicante: ejemplo puntual de lo que deben sentir las sardinas en lata (¡y seguía entrando la clientela!); la Perráncana Mayor admirando la exposición de arte helenístico ¡con gafas de sol!; la misma Perráncana rebautizando a Fabián como Gabriel y como ¡Faisán!; Saray y su GPS o cómo ejecutar un recorrido de 10 minutos en media hora... ¡Qué bueno es reír!

Cena de despedida: del menú, los entrantes; de la fiesta, algunos momentazos karaoke (sobre todo, los protagonizados por quienes tímidamente se iban acercando a los micrófonos y, en un segundo, se lanzaban a deleitarnos con sus gorgoritos) y, cómo no, la post-fiesta en el Pub de DJThomas.

Perráncanas y perráncanos, me despido hasta dentro de unos días.

4 comentarios:

Antarticus dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Antarticus dijo...

Por partes que si no me desorganizo (jejeje):
- Felicitarte por tu cumpleaños, tarde, cierto, pero por lo menos te felicito, los otros años ni eso (a este paso en unos cinco años lo hago puntual jajaja).
- Más, también felicitarte por ESE PEDAZO DE ÁTICO que amueblado y todo tiene que ser un lujo y que el año que viene visitaré gustosamente (yo todavía estoy dando vueltas a ver si me hago con uno... vale el mío será un estudio, pero muy honrado jejeje)
Por lo demás, que disfrutes de tu Granada, que te lo pases genial este verano y que me alegro de que te lo pasases tan bien en Alicante.
Un abrazo Valero, ciao.

P.D.: El del comentario anterior que aparece como suprimido he sido yo, que se la ha ido la cabeza a esto.

Tepes dijo...

Gracias, Antarticus.
Con muchas ganas me hallo de iniciar esta nueva etapa, pero todavía por aquí me quedan cabos sueltos.
Suerte con tus exámenes.

Fernando dijo...

Gracias por este tiempo de apoyo y complicidad Valerius. Deseo que tu camino sea largo y lleno de aventuras; no temas a nada ni a nadie. Aquí tendrás un amigo siempre. Un abrazo perráncano

Cuando emprendas tu viaje hacia Itaca,
ruega que tu camino sea largo,
y rico en aventuras y experiencias.
Ni a Lestrigones, ni a Cíclopes,
ni a la cólera de Poseidón temas.
No verás tales seres en tu camino,
si tus pensamientos son altos,
si tu cuerpo y tu alma
no se dejan invadir por turbias emociones.
No encontrarás a Lestrigones
ni al Poseidón colérico
si no los llevas en ti mismo,
si no es tu espíritu quien los presenta.
Ruega que tu camino sea largo,
que innumerables sean las mañanas de verano
que (¡con cuánta delicia!)
llegues a puertos vistos por vez primera.
Haz escala en los emporios fenicios,
y adquiere bellas mercancías;
coral y nácar, ámbar y ébano,
y mil obsedentes perfumes.
Adquiere cuanto puedas de esos lujosos perfumes.
Visita numerosas ciudades egipcias,
e instrúyete ávidamente con sus sabios.
Ten siempre a Itaca presente en el espíritu.
Tu meta es llegar a ella,
pero no acortes tu viaje:
más vale que dure largos años
y que abordes al fin a tu isla
en los días de tu vejez,
rico de cuanto ganaste en el camino,
sin esperar que Itaca te enriquezca.
Itaca te ha dado un deslumbrante viaje:
sin ella, el camino no hubieras emprendido.
Mas ninguna otra cosa puede darte.
Aunque pobre la encuentres,
no hubo engaño.
Sabio como te has vuelto
con tantas experiencias,
comprenderás al fin
qué significan las Itacas.