sábado, 30 de agosto de 2008


CUANDO SALE LA LUNA SE PIERDEN LAS CAMPANAS
Y APARECEN LAS SENDAS IMPENETRABLES.

(FEDERICO GARCÍA LORCA)


Ya han pasado veintiún años.

Por aquel entonces, el día de antes, hubo muchísimos planes.

Por aquel entonces, el día de después, se supo que nada saldría adelante.

Y hoy vuelve aquella canción que tantas veces cantamos:


Un día más me quedaré sentado aquí,
en la penumbra de un jardín tan extraño.
Cae la tarde y me olvidé otra vez
de tomar una determinación.
Esperando un eclipse me quedaré.
Persiguiendo un enigma al compás de las horas.
Dibujando una elipse me quedaré
entre el sol y mi corazón.
Junto al estanque me atrapó la ilusión.
Escuchando el lenguaje de las plantas
he aprendido a esperar sin razón.
Soy metálico en el jardín botánico.
Con mi pensamiento
sigo el movimiento de los peces en el agua.
Un día más me quedaré sentado aquí,
en la penumbra de un jardín tan extraño.
Cae la tarde y me olvidé otra vez
de tomar una determinación.
Esperando un eclipse me quedaré.
Persiguiendo un enigma al compás de las horas.
Dibujando una elipse me quedaré
entre el sol y mi corazón.
Soy metálico en el jardín botánico.
Con mi pensamiento
sigo el movimiento de los peces en el agua.
Con mi pensamiento
sigo el movimiento de los peces en el agua.
Con mi pensamiento
sigo el movimiento de los peces en el agua.


Tú pones la música... Por ahí estará tu guitarra.

1 comentario:

Alkimista dijo...

Sé que peco de poca modestia, pero también mi pensamiento persigue el movimiento de los peces, el movimiento de un cetáceo aniquilado en playas desiertas, sepultado entre tierras yermas y desheredadas por el olvido y el frío metálico que se aposenta en la piel cuando te sabes víctima del porvenir... Cuando tu único veneno se llama vivir...