jueves, 8 de septiembre de 2011



QUE HABLEN DE UNO ES ESPANTOSO.

PERO HAY ALGO PEOR: QUE NO HABLEN.

(OSCAR WILDE)


Cuánto tiempo intentando actualizar y qué imposibilidad por escasez de momentos. Pero ya he vuelto, con ganas indudablemente, y aquí os dejo un soneto jocoso dedicado a todas aquellas y todos aquellos que, en alguna ocasión, han estado sometidas y sometidos al severo yugo de mi pasión por la poesía. Y, como de un soneto se trata, qué menos que ilustrarlo con una imagen del escenario que fue su cuna: Florencia.


Esta clase de elementos patosos,

que no desean escribir un soneto,

va a conocer cómo un suspenso meto

a todos los alumnos revoltosos.


Si hacen su tarea, meticulosos,

saldrán pronto victoriosos del reto

y no en la espesura del seto

perderán el norte estos alevosos.


Me río de su tremendo cabreo

y del dolor de sus caras contritas.

De su desesperación me choteo.


"¡Ay, Valero, cabrón, cuánto me irritas!

¡No puedo escribir nada, que me meo!

¿Por qué mi poco cerebro agitas?"


¡Hasta pronto!

No hay comentarios: