lunes, 19 de septiembre de 2011



EL HOMBRE POETIZA TODO LO LEJANO.

(PÍO BAROJA)



Se acabó lo que se daba... A acostumbrarse, una vez más, a la rutina diaria y a intentar no desfallecer en el intento. Por lo demás, progresando adecuadamente.



Dejo constancia de otro poema en prosa en la línea del malditismo de finales del siglo XIX. Y es que cuando un estilo me atrae, es imposible que no me deje arrastrar hasta el abismo. Y, para contrarrestar el efecto, una idílica imagen de la Plaza del Rossio en Lisboa, otro de mis rincones para perderme y no hallarme.



Sé del poder de las palabras, instrumentos arcanos que construyen universos, que transforman áridos vacíos en vergeles para los sedientos, que evocan mundos quiméricos y que aniquilan civilizaciones ante los asombrados ojos de los sacerdotes que se antojaban sus celadores.



Sé de ángeles y demonios que combaten fieramente por poseer la quintaesencia adivinada en el alma de las palabras; por, una vez alcanzado el triunfo, erigirse en tiranos de firmamentos y abismos, de espíritus y carne; por someter a los hombres que, en un tiempo pretérito, alcanzaron las revelaciones escondidas en la forma y en la sustancia de las palabras, hombres a los que envidian y de los que abominan.



¡Hasta pronto!

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