LA POESÍA ES EL ECO DE LA MELODÍA DEL UNIVERSO
EN EL CORAZÓN DE LOS HUMANOS.
(RABINDRANATH TAGORE)
Todo viene y todo va. El tiempo vacacional va despidiéndose con sorna y, al menos, va dejando mensajes positivos, aunque el argumento se desarrolle con lentitud.
Hoy os ofrezco otra obra de mi poetisa actual favorita que, de nuevo, gira en torno a la mar. La imagen superior que lo ilustra es un rinconcito de mi eterno Egeo.
Miro a la mar y me pregunto,
confundiendo mis huellas
con las de grandes y húmedas
lenguas impresas en la arena:
¿qué querrá la mar esta tarde
que riza su rizo en mar abierto?
¿Qué querrá...?
¿Qué querrá la mar esta tarde
que me sonríe a cada movimiento?
¿Qué querrá...?
La mar, que esta tarde
tiene una mirada
entre solapada y cómplice,
resuena zaragatera
entre olas
juguetonas,
desgreñadas,
que me embisten
arrogantes
y descaradas.
La mar, que esta tarde
no bosteza maraña de sueños,
se cierra
en círculos de fuego
y palpita en su seno
embriagada
con dulces desasosiegos.
¡Ya!... ¡Ya lo siento!
Siento a la mar esta tarde
adornada,
engalanada
con blusa de batista blanca,
para mecerme acunada
entre sus brazos;
para besarme,
apretarme
y estrujarme
hasta dejarme sin aliento.
Siento su anhelo
y mi anhelo
esta tarde satisfecho.
Siento la magia
del instante que existe.
Y siento,
como en un remanso,
en mi alma
espejado el Cielo.
sábado, 27 de agosto de 2011
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