martes, 2 de marzo de 2010


TODOS LOS PUEBLOS
VOLANDO SOBRE EL MAR
VOLANDO SOBRE EL MAR ENCADENADO.
(PEDRO GARFIAS)

La intención de hoy era la alabanza de la última aportación cinematográfica al género vampírico, Daybrakers, mas la experiencia ayer vivida (y repetida) en mi retorno a Granada, montadito en el tren de media distancia, me obliga a cambiar de propósito y a posponer el laudatorio comentario de esta película del que avanzo que si Shakespeare hubiera escrito una obra sobre vampiros, pudo ser ésta. Ahora que los puristas de uno u otro campo me muerdan la yugular.

Sintetizo la odisea en este soneto compuesto in situ. Seguro que comprendéis el sentimiento que me embarga. Valga como detalle que este trayecto, computado en dos horas y cuarenta minutos (ya de por sí exasperantes), se desarrolló en tres horas y media. ¡Viva el transporte público!

Meta del viaje se antoja llegar
a cierto destino en hora prudente.
Mas si aqueste tamaño contingente,
oh RENFE, para arribar al hogar,
cedo a las tus vías de calamar,
transmútome célere en Job paciente
y anego con dulce gargajo ardiente
la maldición que te he de dedicar.
Gusano lento, entre verdes olivos,
se desliza el tren en que me aposento.
¡Tardanza entre Linares y Granada!
Desconozco si llegaremos vivos.
¡Ay, qué asquito! ¡Reay, qué aburrimiento!
No sé si, de ser quien soy, seré nada.

Lo prometido es deuda. En la próxima entrada, la genial Daybrakers.
Hasta pronto, perrénacanas y perráncanos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

jaja, si es que ya vas teniendo edad para tener coche...