sábado, 12 de diciembre de 2009


LOS ESPEJOS QUE ME ESCUPEN
HACIA FUERA,Y HACIA DENTRO,
ME PROPONEN TRANSPARENCIAS
DE DISTANCIAS Y SILENCIOS.
DEBEN SER, QUIERO QUE SEAN,
PARA MIS OBRAS EJEMPLO,
CON MUCHA LUZ HACIA FUERA,
CON MÁS SECRETO HACIA DENTRO.
(GABRIEL CELAYA)

Un cordialísimo saludo, perráncanas y perráncanos del Reino.

Aunque suene a chirigota, hoy esta entrada está especialmente dedicada al Perráncano Original por excelencia, mi cánido Fabiolo, compañero de tantos tramos del trayecto. Hemos pasado unos días tensos a causa de las enfermedades que afectan a las mascotas cuando éstas son ya mayores, pero, gracias a las habilidades quirúrgicas del veterinario, hoy por hoy puedo afirmar que todo parece estar superado y que el chucho vuelve a sonreír como cuando era un jovenzuelo sanote. Y, para muestra, en la fotografía os dedica una de sus mejores poses.

En otro orden de cosas, y ya superado el puente de diciembre (que dediqué en exclusiva a acaparar fuerzas), ahora toca resolver todo lo que afecta a este primer trimestre de trabajo, además de disfrutar de todos los daños colaterales que implican estas fechas. Y es que, mientras escribía estas palabras, me he percatado de que estas van a ser mis primeras pre-Navidades en la Granada de mis entretelas. Mira tú por dónde incluso, a lo mejor, empiezo a replantearme el mal rollo que estos días solían provocarme.

Cuidaros, perráncanas y perráncanos.

Posdata: Por cierto, en el discurso de la ceremonia de los Premios Nobel, el señor Obama habló de la guerra justificada (¿a qué me suena esto?). De todas formas, que no se nos olvide que el señor que da nombre a estos reconocimientos fue el creador de la dinamita (y no para los pollos precisamente).

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