lunes, 23 de marzo de 2009


LAS COPAS FALSAS,
EL VENENO
Y LA CALAVERA DE LOS TEATROS.
(FEDERICO GARCÍA LORCA)

Este domingo, a las 17:00 horas, capuchino en San Marcos. Ritual de muchos años. Cita obligatoria. Y el envoltorio: el rumor de los canales, el repique de campanas y las melodías de las orquestas. ¡La luz! Muy tópico... pero, en ocasiones, es la única forma de sentirse vivo.

Como reflejo, estos versos de la Oda a Venecia ante el mar de los teatros, de Pere Gimferrer:

Tiene el mar su mecánica como el amor sus símbolos.
Con qué trajín se alza una cortina roja
o en esta embocadura de escenario vacío
suena un rumor de estatuas, hojas de lirio, alfanjes,
palomas que descienden y suavemente pósanse.
Componer con chalinas un ajedrez verdoso.
El moho en mi mejilla recuerda el tiempo ido
y una gota de plomo hierve en mi corazón.
Llevé la mano al pecho, y el reloj corrobora
la razón de las nubes y su velamen yerto.
Asciende una marea, rosas equilibristas
sobre el arco voltaico de la noche en Venecia
aquel año de mi adolescencia perdida.

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