miércoles, 1 de octubre de 2008


"¡AH DE LA VIDA...!"
¿NADIE ME RESPONDE?
¡AQUÍ DE LOS ANTAÑOS
QUE HE VIVIDO!
LA FORTUNA
MIS TIEMPOS HA MORDIDO:
LAS HORAS
MI LOCURA
LAS ESCONDE.
(FRANCISCO DE QUEVEDO)

Pasa el tiempo, pasa el tiempo... Y hay que volver a hablar de cine.
Dos películas, dos: el musical Mamma mia! y la comedia Vicky Cristina Barcelona.

Mamma mia!: Musical menor que, finalmente, resulta delicioso. A veces, los platos más sencillos resultan los más gustosos. La receta, tan sencilla como el resultado final: las pegadizas canciones de ABBA, un escenario impagable (una isla griega de cuyo nombre no logro acordarme... ¡El Egeo! ¡La luz! ¡El azul!), y uno grupo actoral en estado de gracia: genial la pizpireta (y recuperada) Meryl Streep; un estupendo Colin Firth; dos magníficas secundarias de lujo que dan réplica a la protagonista y que, en ocasiones, le ganan el terreno: Julie Walters y Christine Baranski; y un corifeo de lugareños que apoyan con simpatía y optimismo el argumento de la historia. ¿Mis números musicales favoritos? La parejita de enamorados (Dominic Cooper y Amanda Seyfried) cantando su amor en la playa, rodeados de un ballet de hombres-rana (Lay All Your Love On Me); todas las mujeres de la isla, con Meryl a la cabeza, convirtiendo Dancing Queen en un himno; la protagonista y sus dos amigas deleitando la despedida de soltera con Super Trouper; la tensión in crescendo entre la jovencita Amanda Seyfried y los tres candidatos a papuchi del alma (Gimme! Gimme! Gimme!); la escuálida Christine Baranski, femme fatale, rechazando el amor de Philip Michael en Does Your Mother Know; y la divertidísima Julie Walters declarando su amor a Stellan Skarsgard con el tema Take A Chance On Me. Y, por supuesto, los dos numeritos (y que no precisaré) que todos los actores nos regalan en los títulos de crédito finales. ¡No os levantéis de la butaca antes de tiempo, canallas!

Vicky Cristina Barcelona: Me costó, me costó dejarme arrastrar hasta el meollo de la historia. La voz en off me sobraba y el doblaje al castellano me espantaba. Indudablemente, y por más motivos, esta película debe visionarse en versión original. Tampoco encontré el toque Woody Allen hasta muy avanzado el filme. Lo mejor: la película mejora muchísimo desde que aparece en escena el personaje de Penélope Cruz (creo que es el primer trabajo interpretativo con el que me convence); algunos momentos de genialidad indescriptible (por ejemplo, todos los referentes a las relaciones a tres bandas); y el final, con esa sensación de que, después de algo más de hora y media de metraje, no ha pasado nada y cada uno sigue con su anodina existencia. Tan sólo son felices los que viven en la ignorancia. En definitiva, un certero análisis de lo que Woody Allen llama "la insatisfacción crónica". ¡Ah! Y el tema musical (y casi exclusivo) del filme, Barcelona, interpretado por Giulia y Los Tellarini, se me antojó maravilloso aunque... ¿por qué tanta guitarra en el resto de la banda sonora? ¿Tópico español no superado? En fin, habrá que volver a verla (en versión original, insisto).

Próximamente: Tropic Thunder: ¡Una guerra muy perra! (¿o es que hay alguna guerra que no lo sea?

Posdata literaria: Última novela leída, Esa dama de Kate O'Brien, un acercamiento a las relaciones entre Ana de Mendoza, princesa de Éboli, el rey Felipe II y el secretario Antonio Pérez. Recomendable para los amantes de la introspección. Narrativa psicológica que ahonda en la personalidad de esta enigmática mujer (sin olvidar, como previene la autora, que se trata de una ficción literaria a partir de unos personajes históricos).

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