jueves, 14 de septiembre de 2017

LA GUERRA ES EL ARTE DE DESTRUIR A LOS HOMBRES,
LA POLÍTICA ES EL ARTE DE ENGAÑARLOS.
(PARMÉNIDES DE ELEA)

No podéis quejaros. En la misma semana, dos entradas de la mano generosa del colaborador y crítico cinematográfico Cipriano Jiménez. No añado nada más porque en la primera crítica, la del filme Dunkerque coincido al 100 %. Y, en cuanto a la segunda, la de Spiderman Homecoming, he de reconocer que no la he visto dado que ya estoy saturado de superhéroes ya sean Marvel o D.C.

DUNKERQUE: UN ESPECTÁCULO VISUAL SIN ALMA

   El filme que ha arrasado durante el verano. De la mano del aclamado director Christopher Nolan.
   En la obra destacamos la imagen. Una fotografía nítida y contundente. Una paleta de colores triste a la altura de la atmósfera. La esencia Nolan de crear un apartado visual atractivo aunque no sea para nada funcional.
   Llegamos al “método Nolan”. Narrar una historia a través de varios espacios de tiempos distintos. Cuando desde mi butaca vi que aparecía este recurso, me enfadé. ¿De verdad era necesario cuestionar la inteligencia de los espectadores agregando un subtítulo por cada salto temporal?
   Sinceramente, yo creo que no. Es ridículo. Es otro rostro de la esencia Nolan: crear una historia que, a primera vista, parece compleja pero que puede entender hasta el más tonto… unos planos fantásticos interrumpidos por unos títulos explicativos delante de un fondo negro. Lo siento, pero no tiene mi “¡bravo!”.
   He leído que la película es muda. Incluso he leído que expresa mucho con poco diálogo.
   Está claro que me proyectaron una cinta totalmente distinta al resto del público. En la película que yo vi, los personajes explicaban lo que habían hecho, lo que estaban haciendo y lo que iban a hacer.
   Y mi pregunta es: ¿para qué quiere el señor Nolan una imagen tan perfecta si no la sabe utilizar?
   Señor Nolan, yo veía con mis propios ojos lo que hacían los personajes. No es necesario que me lo explique con títulos, tengo dos dedos de frente.
   Después, me doy cuenta de que faltaban mucho más de diez minutos para que acabara aquella tortura y continuaban los diálogos redundantes y esa manía de musicalizar los tiroteos para que la tensión aumentara. Pero lo que Nolan no sabe aún, después de tantos años, es que si supiera utilizar la maldita narrativa visual, no necesitaría una maldita banda sonora para crear tensión.
   Llegamos al final de este castigo y viene a mí la misma reflexión de siempre: el gran error de Christopher Nolan es su imagen, su explicativa y la incansable manía de unir ambas.

Mi puntuación: 6’5 sobre 10.

SPIDERMAN HOMECOMING: MARVEL COMERCIAL PARA UN RATO

   De nuevo se reinicia la saga. ¿Se capta la esencia? No del todo.
   Tom Holland es el nuevo Peter Parker y este, sin duda, es el nuevo Spiderman.
   Pero hay ciertos datos que nos han hecho salir descontentos a algunos espectadores.
   La diferencia entre el cómic y el filme es tan notoria, que no puede pasar desapercibida. Sólo tenemos que reflejar dos grandes momentos: ese tono futurista que, en el cómic, no llega hasta muy tarde, y el ofrecimiento del nuevo traje por parte de Tony Stark.
   Pero, ¿qué se siente cuando ves la película?
   La primera impresión es muy buena. Tanto tiempo de espera consigue que cojas la película con fuerza y no la sueltes con un único deseo: ver otro momento cómico más en la siguiente escena.
   Además, me encanta la relación entre Ned, su amigo agente, y Peter: no es forzosa, es limpia e informal. Ned es un personaje casi perfecto. Hace que te caiga bien, que tenga su historia, que tenga su hueco en la trama… aunque su hueco no sea demasiado grande para, así, no quitar protagonismo a Spiderman.

Mi puntuación: 7’1 sobre 10.

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