jueves, 3 de octubre de 2013

LA MUJER ES UN MANJAR DIGNO DE DIOSES
CUANDO NO LO COCINA EL DIABLO.
(WILLIAM SHAKESPEARE)
Que las películas dirigidas por Álex de la Iglesia me divierten no es ningún secreto: admiro a este que es uno de los pocos autores iconoclastas de nuestra cinematografía, una mente ágil y corrosiva que considero muy cercana a la visión esperpéntica que, de nuestro ser, ofreció en su día Ramón María del Valle-Inclán en sus inmortales obras.

Ahora, rodeado de viejos amigos (Carmen Maura, Terele Pávez, Santiago Segura, Carlos Areces...) y otros nuevos (Hugo Silva y Mario Casas especialmente como papeles protagónicos) , nos ofrece una historia de brujería y humor bestia que se estructura en la manida lucha de sexos: de hecho ni siquiera se disimulan en los diálogos las más que reconocibles réplicas atribuidas a las supuestas conversaciones entre hombres y mujeres.

El filme cuenta con un planteamiento que roza la genialidad y deriva hacia una traca final, una exuberante parafernalia, que apabulla y desconcierta. Pero, qué se le va a hacer, esto también es un defecto de fábrica gracias al cual reconocer la obra del realizador.

En definitiva, un producto muy recomendable para fieles seguidores del director.

Ah, y como intuí y ya vaticiné en una entrada anterior, Mario Casas y Hugo Silva se han redimido, sobre todo el primero. Tanto su personaje como los de  las amas de casa vascas que interpretan Segura y Areces, me parecen los más divertidos de esta hiperbólica función circense. Por el contrario, también considero que son prescindibles otros personajes que aportan poca o ninguna gracia a la historia y que estorban más que ayudan (el niño-elegido, la pareja de policías, la vieja traqueotomizada...). Vamos, que incluso parece que los guionistas no saben qué hacer con  ellos a medida que finaliza el metraje.

No hay comentarios: