martes, 17 de septiembre de 2013

TARDE O TEMPRANO
SEGURO QUE LA NATURALEZA SE VENGARÁ
DE TODO LOS HOMBRES HAGAN EN SU CONTRA.
(JOHANN HEINRICH PESTALOZZI)

Intentar a estas alturas, aunque sea sucintamente, analizar y comentar algo sobre Guerra Mundial Z, dirigida por Marc Forster y protagonizada (a mayor gloria) por Brad Pitt, resulta una tarea casi innecesaria puesto que ya se ha apuntado todo lo que se podría apuntar. 

Pero, ¡qué se le va a hacer!: por necesidades de guión no he podido disfrutar de ella hasta hace unos días y ahora creo oportuno dar testimonio del hecho de que, sin ningún tipo de pretensiones excepto la de recaudar rico dinerito, este filme, basado en la obra homónima de Max Brooks, me ha parecido sumamente entretenido desde el primero hasta el último de los minutos de su metraje y que cualquiera de las escenas que recogen y describen los ataques de la pandemia zombie (Filadelfia, Corea del Sur, Jerusalén, el terrorífico caos en el avión, los laboratorios de la OMS) es un estupendo ejemplo de en qué consiste el cine de evasión con mensaje y de puro entretenimiento. Incluso ciertas evoluciones del argumento (como la manera de morir del biólogo que acompaña al protagonista después del discurso sobre la crueldad de la naturaleza que expone durante el vuelo; o como la llamada telefónica de la preocupada esposa en el momento en que es obligatorio el silencio absoluto para no llamar la atención de los infectados) se antojan, en su ironía, tremedamente simpáticas.

Así que recomiendo encarecidamente su visionado.

Y ya que desconozco por completo la novela en que se inspira el largometraje, sí puedo recomendar (a quienes lo crean oportuno) la lectura de una versión muy parecida que se desarrolla en territorios tan conocidos como las provincias de Málaga y Granada. Me refiero a la trilogía Los caminantes, de Carlos Sisí, claro exponente de esta moda por todo lo que huela a putrefacción.
¡Hasta pronto!  

No hay comentarios: