domingo, 27 de marzo de 2011



LOS INTELECTUALES RESUELVEN LOS PROBLEMAS,

LOS GENIOS LOS EVITAN.

(ALBERT EINSTEIN)

Algo trastocado por la última intervención del dentista (una elevación de seno en las encías que ha provocado una redondita inflamación que comienza a remitir) y por la medicación ad hoc, me dispongo, mucho tiempo ya transcurrido desde la última actualización, a compartir mi opinión sobre dos recientes estrenos cinematográficos, inútiles en su planteamiento y en su resolución. Seré breve pues las circunstancias lo exigen y las películas no lo merecen.

En tiempos de brujas es un ejercicio del género fantástico y de aventuras que se sustenta en un endeble guión y en unos más que mejorables efectos especiales. Nicolas Cage continúa ostentado el título de actor que no tolero (no entiendo cómo consigue tantos roles protagónicos si resulta un pésimo intérprete). Al menos, el metraje es corto y se evita toda pretensión de trascendencia en su mensaje.

Y Destino oculto únicamente me ha servido para constatar el deterioro físico de su protagonista, Matt Damon. Por lo demás, se trata de una fábula pretenciosa, dentro del género del fantástico, que acaba derivando en una insípida y previsible historia de amor. A su favor también, su corta duración.

Si evitáis estas dos películas, mejor.

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