martes, 10 de agosto de 2010


CUANDO CONTEMPLO EL TRISTE ESTADO MÍO
Y SE ME ACUERDA MI DICHOSO ESTADO,
HALLO MI SER EN TODO TAN TROCADO,
QUE PENSAR TUVE BIEN ES DESVARÍO.

(HERNANDO DE ACUÑA)

Quienes me conocen, saben perfectamente que el verano no es mi periodo anual favorito. Siempre le he manifestado un lacerante desprecio ante el abotargamiento y el hastío que me provoca, los cuales he procurado atenuar con píldoras viajeras o artísticamente creativas.

Pero este verano de 2010 entró con las uñas afiladas y combativo, y me está deparando muchas batallas. Y he de admitir que, por el momento, me estoy dejando derrotar. Siento que mis fuerzas flaquean y no me apetece malgastarlas en puntuales encontronazos abocados al fracaso propio. Así que me retiro a mi trinchera, a la espera de que las condiciones tácticas mejoren y me aseguren alguna que otra efímera victoria. Todos los objetivos que me propuse a finales de junio quedan pospuestos (aunque no olvidados). Me limitaré a saborear el hecho puntual, incluso aunque me sepa amargo. Acaso esta tristeza me enseñe algo.

Por lo menos, esta semana ofrece un cambio de escenario (un par de días en Granada) y, sobre todo, el reencuentro con la PerráncAna Mayor en tierras jiennenses con la intención de mutarnos en machadianos.

Como se suele decir, saquemos fuerzas de flaquezas.

4 comentarios:

Carmen dijo...

Ánimo! Todo pasará y sólo será un mal recuerdo...

Tepes dijo...

Thanks, malagueña de mis entretelas. Un besazo enorme.

Anónimo dijo...

vas a ver a la perráncana?! qué envidia de reencuentro. achúchala mucho que anda muy plof.
un saludo y a disfrutar del verano que ya queda menos para septiembre

Tepes dijo...

Si todo va bien, nos veremos este sábado... Le daré un achuchón de tu parte. Un abrazo para ti.