lunes, 5 de octubre de 2009


LA LITERATURA, Y LAS LETRAS EN GENERAL,
HIDRATAN LA PIEL
Y MANTIENEN LA APARIENCIA DE JUVENTUD.
(MANUEL VÁZQUEZ MONTALBÁN)


Y le llega el turno a Los sustitutos. Bruce Willis vuelve a salvar el mundo.
La fórmula es sencilla: para crear esta película combínense varios filmes anteriores (La invasión de los ladrones de cuerpos, Inteligencia Artificial, Yo, Robot y, de forma especial, Blade Runner), dótesele de un supuesto mensaje (algo descafeinado en este caso, por cierto) y se logrará una peliculita menor con la que pasar el rato.
Y nada más.
Lo mejor de la función: las risas que se pueden echar viendo a Bruce Willis con sus apéndices capilares (ese rubio áureo, por Dios) y con las capas de maquillaje que sirven para recrear su doble robótico.
Lo peor de la función: la sensación de que el largometraje queda desaprovechado. ¡Cuántas posibilidades desperdiciadas! ¡Cuántas paradojas insinuadas y en nada cuajadas!
Esta semana, veré una de terror: Jennifer's Body. A ver si salgo más contento.
Por lo demás... ¡Adoro Granada!

No hay comentarios: