viernes, 2 de diciembre de 2016

EL ARTE, CUANDO ES BUENO,
ES SIEMPRE ENTRETENIMIENTO.
(BERTOLT BRECHT)

Mientras se aproxima la chirriante Navidad, de la cual únicamente me complacen los días de ocio que se me ofertan, me dedico a visionar las últimas entregas editadas de algunas de mis series favoritas, que son muchas. Aquí os dejo una brevísima reseña sobre ellas.

Padre de familia (Temporada 16): Cuando una serie es tan longeva, es raro que ya te sorprenda. Pero, sin duda, en el campo de la animación las aventuras de Peter continúan siendo un soplo de aire fresco e irreverente. Para echarse unas risas.

 

Gotham (Temporada 2): A esta serie se le empieza a ver el cartón-piedra. Los mejores momentos son aquellos en que los guionistas parecen poseídos por las versiones cinematográficas de Tim Burton y se desquician en la resolución de conflictos. Y, de los personajes, el del joven Pingüino sigue comiéndose a picotazos la pantalla. Quizá 22 episodios por temporada resulten excesivamente cansinos.


American Horror Story: Hotel (Temporada 6): Vampiros posmodernillos en Los Ángeles. El morbo desatado y sangre a toda leche. Ah, y una divertida versión draculesca de una Condesa embutida en la piel de Lady Gaga.


Juego de Tronos (Temporada 6): Las piezas van colocándose sobre el tablero para la partida final. En esta sesión, como bien nos tienen mal acostumbrados, se nos regalan momentos de sublime perfección. Si me obligan a quedarme con uno de entre muchos, admirable y escalofriante el enfrentamiento entre los dos bastardos.

Y nada más.

¡Hasta pronto!  

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