jueves, 15 de mayo de 2014

LA PRIMAVERA BESABA
SUAVEMENTE LA ARBOLEDA,
Y EL VERDE NUEVO BROTABA
COMO UNA VERDE HUMAREDA.
(ANTONIO MACHADO)

Breve actualización para saludar a la primavera con los anteriores versos de Antonio Machado y estos de Pablo Neruda, recogidos bajo el título Con Quevedo, en primavera:

Todo ha florecido en
estos campos, manzanos,
azules titubeantes, malezas amarillas,
y entre la hierba verde viven las amapolas.
El cielo inextinguible, el aire nuevo
de cada día, el tácito fulgor,
regalo de una extensa primavera.
Sólo no hay primavera en mi recinto.
Enfermedades, besos desquiciados,
como yedras de iglesia se pegaron
a las ventanas negras de mi vida
y el sólo amor no basta, ni el salvaje
y extenso aroma de la primavera.

Y para ti qué son en este ahora
la luz desenfrenada, el desarrollo
floral de la evidencia, el canto verde
de las verdes hojas, la presencia
del cielo con su copa de frescura?
Primavera exterior, no me atormentes,
desatando en mis brazos vino y nieve,
corola y ramo roto de pesares,
dame por hoy el sueño de las hojas
nocturnas, la noche en que se encuentran
los muertos, los metales, las raíces,
y tantas primaveras extinguidas
que despiertan en cada primavera.

En la imagen una estupenda panorámica de Trafalgar Square, cedida por una de las integrantes del grupo de mi última visita a Londres.

¡Hasta pronto!

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