TODAS LAS ALMAS SON INMORTALES,
PERO LAS ALMAS DE LOS JUSTOS
SON INMORTALES Y DIVINAS.
(SÓCRATES)

En primer lugar, quiero desear a todo mi público perráncano un estupendísimo año 2012. Por si los mayas aciertan, disfrutad sin contemplaciones de vuestras únicas y especiales vidas.

Y qué mejor que arrancar con una visita a la sala de cine para disfrutar de una película cuya exclusiva pretensión (aparte de la de recaudar dinerillo) es la de divertir. Pues ¡venga! a asistir a la proyección de Inmortals, la simpática gamberrada con la que Hollywood ha querido apropiarse del mito de Teseo (un cachitas Henry Cavill). En manos del realizador Tarsem Singh, el filme se convierte, con su toque comiquero y con su estética olímpica de discoteca frecuentada por usuarios cutres de gimnasio de barrio, en una correcta manifestación de la épica clásica: héroes y dioses enfrentados a antihéroes y titanes en una ensaladera generada por ordenador en la que las cantidades exultantes de sangre se convierten en el aderezo más apreciado.

No quiero acabar sin dedicarle una mención especial, dentro de este revoltillo mitológico, a Mickey Rourke, el encargado de ofrecernos al malvado de la función (el rey Hiperión): cuando aparece en pantalla como tal, he de admitir que, en ocasiones, es capaz de acongojarte (por decirlo finamente).

Por cierto, la cita con que inicio esta entrada es la misma con la que se inicia la película (creo haberla trascrito correctamente) y que justifica su argumento de principio a fin: el proceso de beatificación y divinización de Teseo, ese muchachote ejemplar.

Y nada más por ahora.

¡Hasta dentro de unos días, que ya habremos vuelto a la rutina!