domingo, 19 de diciembre de 2010


ERA UN NIÑO QUE SOÑABA
UN CABALLO DE CARTÓN.
ABRIÓ LOS OJOS EL NIÑO
Y EL CABALLITO NO VIO.
(ANTONIO MACHADO)

De sueños para el futuro que hallen entidad trata esta (de nuevo) más que demorada actualización. Aunque de sobra conocéis mi aprensión por estas fechas que se avecinan, esto no es obstáculo para que desee y anhele para todos/as mis perráncanos/as unas felicísimas fiestas y que alce mi copa (o las que caigan) por que el venidero 2011 sea mucho mejor que este 2010 (que a mí, personalmente, me gustaría olvidar en abundantes detalles).

Por lo demás, estos días supondrán (¡por fin!) el cambio de escenario que puede que propicie un renovado talante: me quedaré en Granada rodeado de turrones y champanes. Quién sabe: tal vez recupere el sobado espíritu navideño.

Así que, ¡a disfrutar como cochinos en lodazal!

Postdata 1: La película Skyline es muy entretenida. Mezcolanza de Monstruoso, Independence Day y La guerra de los mundos, entre otros referentes, sólo por su desasosegante y esperanzador final (y obvio sus excelentes efectos especiales) merece la pena su visionado. Ahora me apetece disfrutar (que lo haré) de la última de nuestro Álex de la Iglesia, Balada triste de trompeta, con mi adorado Carlos Areces. Ya os contaré.

Postdata 2: Propongo una reflexión (desde la ironía más que desde la perplejidad) del siguiente titular que he encontrado en la portada del periódico Ideal de hoy: "Crece la donación de cadáveres a la ciencia para no pagar entierros".

Postdata 3: Cada vez lo tengo más clarito... ¡Yo, por Peter Griffin, ma-to!

Postdata 4: Como se puede deducir, me encuentro bastante recuperadito del bajón.

No hay comentarios: