lunes, 1 de noviembre de 2010


CUANDO SE MUERE ALGUIEN QUE NOS SUEÑA,
SE MUERE UNA PARTE DE NOSOTROS.
(MIGUEL DE UNAMUNO)

Y prosigo con esta tanda cinematográfica, pues el guión de la vida se ensaña garabateando zarpazos. Si lees esto, ánimo, amigo David.

Me personé en el cine animado por un par de casi pasionales recomendaciones que insistían en que no dejara de ver Buried, dirigida por Rodrigo Cortés y protagonizada, in extremis, por un eficaz Ryan Reynolds.

No acabé decepcionado a pesar de que me resultó fácil intuir el camino por el que iba a transcurrir el argumento. Además, una vez que se supera la anécdota sobre la que se articula el guión, y trasciendes a otras lecturas más mundanas a la par que filosóficas, puede detectarse que evocas la película con cierto poso de amargura que intentas endulzar con comentarios chistosos e hirientes. Y ahí lo dejo, para que quien decida visionarla elija el pensamiento que le resulte más cómodo.

E, indudablemente, considero una maestría que el autor del largometraje sea capaz de mantener la atención del espectador durante una hora y media recogiendo en pantalla un único personaje y un único escenario.

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