viernes, 26 de septiembre de 2014

CREO QUE LA ANSIEDAD QUE CIRCULA EN MI VIDA
NACE DE UN DESEQUILIBRIO
ENTRE LO QUE SOY Y LO QUE DEBERÍA SER.
MI ANSIEDAD NO SE ORIGINA EN UNA VISIÓN DE FUTURO,
SINO EN EL DESEO DE SUJETARLO A MI VOLUNTAD.
(HUGH PRATHER)

Dejo constancia, nuevamente, de mis incursiones tardías en las series de televisión.
De la cuarta temporada de The Walking Dead me quedo (¡qué disfrute en el preciso momento!) con los episodios dedicados a la reaparición Gobernador y su conclusivo asalto a la prisión en que se aloja el grupo de supervivientes protagonistas. También, y debido a otro orden de motivos, me resultó impactante el episodio llamado "La arboleda" con su tratramiento de la niña aprendiz de psicópata.

Además, desde finales de agosto, estoy visionando, de una tirada, todas las temporadas de Prison Break. Aún ando por los últimos episodios de la cuarta y última temporada, pero puedo constatar que, dentro de sus parámetros de serie de acción, los giros de guión resultan, en ocasiones, casi rocambolescos. No obstante, admito que las andanzas de los hermanos enganchan. Igualmente compruebo que, en la cuestión de eliminación de personajes, alcanza cotas tan elevadas como en su día lo hacían Perdidos o la anteriormente mencionada serie de zombies.

En cuanto a otros asuntos, el menda se encuentra en periodo de adaptación, sobre todo en lo referente a los intempestivos horarios que marcan su existencia.

¡Hasta pronto!

No hay comentarios: