viernes, 10 de enero de 2014

POR NUESTRA CODICIA LO MUCHO ES POCO;
POR NUESTRA NECESIDAD, LO POCO ES MUCHO.
(FRANCISCO DE QUEVEDO)

Inicio esta entrada del blog con la vehemente expresión de mi anhelo de que este 2014 suponga para todos una etapa de positiva plenitud.
Dicho esto, qué mejor que comenzar el presente periplo con una cita de mi admirado Quevedo, una cita aplicable a muchos de los aspectos vitales que nos rodean, aunque, en este caso, me limite a valorar la segunda entrega de El hobbit, largometraje (y qué bien le viene la denominación) del avariento hasta la agonía Peter Jackson.

En verdad, había pensado remitiros a la valoración que ya escribí en su momento acerca de la primera película de la serie. Y es que mi opinión ha variado en poco por no decir en nada. Pero, en fin, opto por ofreceros un resumen de mis impresiones sobre La desolación de Smaug: mantengo que es innecesaria la adaptación del libro en una trilogía cinematográfica; que, en el caso de acometerla, también es innecesario que cada parte de las tres ofrezca una duración tan vasta; e igualmente mantengo que tanto barroquismo visual (mejor resuelto que en la primera parte, eso sí) y argumental (sin nada que ver con ser fiel o no al texto original), me genera la sensación de la absoluta vacuidad de un producto que, concebido con el propósito de entretener, acaba por incomodar. Y vuelvo a recomendaros que reflexionéis sobre la cita del poeta en relación con esta última afirmación.

Queridas perráncanas y estimados perráncanos, seguimos en contacto. 

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