martes, 6 de marzo de 2012



LA AMISTAD ES UN ALMA QUE HABITA EN DOS CUERPOS,

UN CORAZÓN QUE HABITA EN DOS ALMAS.

(ARISTÓTELES)


Steven Spielberg vuelve al cine épico, eso sí aderezado con dosis desorbitadas de buenos sentimientos.


Con War Horse, un más que reconocido homenaje al maestro John Ford, asistimos al periplo vital de un equino cuyo destino se nos ofrece íntimamente unido al del dueño de turno, caballito guerrero sobre el que pesa la promesa de un reencuentro forjado en la más pura y (creo que) desinteresada amistad.


Magnífica fotografía, admirable iluminación, personajes memorables, paisajes de ensueño o de pesadilla, momentos de leve sonrisa y de incontenibles lágrimas (sobre todo en el tramo final de la historia del cuadrúpedo), reflejos de un terrible episodio de la historia de la humanidad tantas veces repetido...


Quizá el único inconveniente que pese sobre esta película es su excesiva duración (cerca de dos horas y media), por otra parte necesaria y obligatoria para entender este realista (y en ocasiones idealizado) dibujo de las relaciones humanas (y también de las animales). Si el tiempo en ocasiones se antoja interminable, tal vez se deba a que no todo el guión se resuelve con equilibrio.


Muy recomendable.

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