miércoles, 19 de diciembre de 2018

LA PERSONA INTELIGENTE VIAJA
PARA ENRIQUECER DESPUÉS SU VIDA
EN LOS DÍAS SEDENTARIOS,
QUE SON MÁS NUMEROSOS.
(ENRIQUE LARRETA)

Que el mundo anda desquiciado por diferentes motivos, en especial por la inefizaz gestión política de algunos iluminados, es un hecho patente.
Que el mundo es, no obstante, un lugar que revela rincones maravillosos, fruto de la naturaleza o del ingenio creativo del ser humano, es otro hecho constatable.

Y con esto último deseo quedarme, con las imágenes que nos descubren la mencionada potestad de convertir este planeta en un lugar en el que poder convivir en armonía, en el que dejar en el olvido cualquier cuestión que no nos permita acercarnos unos a otros.

El recorrido se inicia con la instantánea superior, que plasma uno de mis rincones favoritos de Granada, Plaza Nueva. 


Ahora, el paisaje arbóreo casi oculta un flemático (cualidad atribuida a los ingleses con mayor o menor fortuna) Big Ben.


Obligadamente tiene que aparecer, en todo su esplendor ruinoso, el Foro romano. 


La bella y decadente Lisboa ofrece regalos como este detalle del Monasterio do Carmo.


Y, por último, con técnica puntillista, un detalle del Puente de Alejandro, en París, sin olvidar la Torre Eiffel, símbolo de la ciudad.

¡Felices fiestas!

¡Hasta pronto!


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