jueves, 14 de marzo de 2013

¿QUIERES SER FELIZ UN INSTANTE?
VÉNGATE.
¿QUIERES SER FELIZ PARA SIEMPRE?
PERDONA.
(TERTULIANO)

Utilizo el blog para hacerme eco de un correo que he recibido. Este correo sigue la línea de mirar hacia el pasado y comprobar qué poco hemos evolucionado. Y de la mano de un testigo de excepción: Benito Pérez Galdós.
VIENE AL PELO,  Y  HAN PASADO 100 AÑOS,  
¡¡¡ NO TENEMOS ARREGLO ¡¡¡

En una antología de fragmentos de Galdós de la editorial Rey Lear,  titulada La fe nacional y otros escritos sobre España, en la página 69, aparece el siguiente texto, fechado en 1912...

"Los dos partidos que se han concordado para turnarse pacíficamente en el Poder son dos manadas de hombres que no aspiran más que a pastar en el presupuesto. Carecen de ideales, ningún fin elevado los mueve; no mejorarán en lo más mínimo las condiciones de vida de esta infeliz raza, paupérrima y analfabeta. Pasarán unos tras otros dejando todo como hoy se halla, y llevarán a España a un estado de consunción que, de fijo, ha de acabar en muerte. No acometerán ni el problema religioso, ni el económico, ni el educativo; no harán más que burocracia pura, caciquismo, estéril trabajo de recomendaciones, favores a los amigotes, legislar sin ninguna eficacia práctica, y adelante con los farolitos... Si nada se puede esperar de las turbas monárquicas, tampoco debemos tener fe en la grey revolucionaria (...) No creo ni en los revolucionarios de nuevo cuño ni en los antediluvianos (...) La España que aspira a un cambio radical y violento de la política se está quedando, a mi entender, tan anémica como la otra. Han de pasar años, tal vez lustros, antes de que este Régimen, atacado de tuberculosis étnica, sea sustituido por otro que traiga nueva sangre y nuevos focos de lumbre mental". 
     
Ha pasado un siglo. 
Sobra cualquier otro comentario.

lunes, 4 de marzo de 2013

LA VIOLENCIA ES MIEDO A LAS IDEAS DE LOS DEMÁS
Y POCA FE EN LAS PROPIAS.
(ANTONIO FRAGUAS FORGES)

¡Cuánto tiempo sin emitir ningún comentario -si bien breve- sobre cine! Pues, una vez entonado el enésimo mea culpa, aquí os plasmo mi opinión sobre esta joya del cine que Quentin Tarantino nos ha regalado, Django desencadenado, con un título con tantas resonancias de tragedia clásica.

Y, cuando la califico como joya, quiero que conste en acta que el western es quizá el género cinematográfico que menos me complace, pero que esto no es óbice para no valorar positivamente lo que concibo como una delicatessen para cualquier cinéfilo. Ni siquiera menoscaban la intensidad del producto la extremada duración del filme, una marca de estilo del realizador, ni la propensión de este a los desencadenados diálogos (¿no están más contenidos en esta ocasión?) de los extremados personajes.

En fin, y resumiendo: La película es una generosa muestra de incontenida testosterona, de fuentes sanguinolientas a raudales, con el propósito de ofrecer un particular ajuste de cuentas con el tema de la esclavitud por aquellas latitudes. Y para tan hermosa y pletórica intención, unos protagonistas y otros antagonistas arrastrados con complacencia al límite y que danzan al ritmo de una banda sonora que, a excepción de los sones raperos, nos rememora lo mejor del spaghetti western.

No hay que perdérsela.